NUEVA YORK (Reuters Health) - Un gran estudio sobre alumnas que consultan en los centros de salud escolares halló que muchas adolescentes con clamidia, una enfermedad de transmisión sexual, vuelven a infectarse al año.
La investigación encontró que de, entre 897 adolescentes que obtuvieron resultado positivo en el análisis de clamidia en centros de salud escolares, un cuarto de ellas se había vuelto a infectar al año siguiente.
Las alumnas de nivel secundario tenían más riesgo que el resto de las alumnas; la tasa de repetición de la infección era del 39 por ciento, según publica la revista Sexually Transmitted Diseases.
Se estima que más de 2 millones de estadounidenses de entre 14 y 39 años están infectadas con Chlamydia trachomatis, una ETS bacteriana que se cura con antibióticos.
La falta de tratamiento disemina la infección al útero y las trompas de Falopio, lo que produce dolor pélvico crónico, inflamación e infertilidad.
Dada que la clamidia no suele producir síntomas, o sólo signos leves, los médicos recomiendan que todas las mujeres sexualmente activas menores de 25 años se hagan un análisis anual para detectar la infección.
Aquellas que estén infectadas deberían realizarse un nuevo análisis a los 3 meses para identificar la reaparición de la infección.
Los nuevos resultados destacan la importancia de repetir este análisis en las adolescentes, especialmente cuando ya sufrieron la infección, indica el equipo dirigido por la doctora Charlotte A. Gaydos, de Johns Hopkins University, en Baltimore.
El estudio sugiere también que las clínicas de salud escolares son un buen lugar para realizar esas pruebas.
El estudio incluyó a 10.600 adolescentes, a las que se les hizo la prueba de detección de clamidia entre 1996 y el 2003 en uno de 11 centros de salud escolares en Baltimore, ubicadas en 8 colegios secundarios y 3 escuelas de nivel medio.
Cada año, el 15 al 20 por ciento de las adolescentes obtuvo resultado positivo en la prueba de detección de la ETS. Y alrededor del 25 por ciento de esas alumnas volvía a tener la infección al hacer pruebas de control en los siguientes 12 meses.
Unas 18.000 escuelas en Estados Unidos cuenta con centros de salud que proporcionan servicios de salud física y mental a los estudiantes que los necesitan.
La mayoría depende del hospital local, del ministerio de salud o de un centro de salud comunitario.
Los centros participantes en el estudio con frecuencia tratan a adolescentes con clamidia, los aconsejan sobre cómo reducir el riesgo de ETS, les entrega preservativos y notifica a las parejas de los estudiantes que deben hacerse análisis.
Según los autores, estos centros son un arma importante para controlar las tasas de ETS entre los adolescentes.
"Las escuelas son un foro lógico de acceso estudiantil a los servicios de salud", escribe el equipo.
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