Expertos se reunieron en Chile para profundizar el estudio de la clamidia, que se transmite por vía sexual. Esta bacteria puede provocar infertilidad y todavía se está lejos de conseguir una vacuna.
Problemas de inmunidad y el poco uso del condón son las razones que
explican la alta presencia de la bacteria clamidia entre los
adolescentes y sobre todo, las adolescentes embarazadas.
Así lo señala Marcelo Rodríguez Fermepín, profesor de microbiología
clínica de la U. de Buenos Aires quien estuvo de visita en Chile para
dictar una conferencia sobre los mitos y verdades de la clamidia
trachomatis en la Facultad de Medicina de la U. San Sebastián.
“El grupo más vulnerable son los adolescentes y sobre todas las
mujeres adolescentes y adolescentes embarazadas. Tienen menor inmunidad,
problemas de criterio y falta de experiencia en el ejercicio y cuidado
de su sexualidad”, señala Rodríguez.
En general, este grupo no utiliza condón en todas sus relaciones
sexuales y mantienen más sexo oral y anal sin protección, dicen los
expertos.
El último estudio realizado en Buenos Aires, a casi mil adolescentes
embarazada de entre 15 y 20 años, arrojó que una de cada cuatro estaba
infectada con la bacteria.
El problema de la clamidia es tan grave para los especialistas que
crearán una red de colaboración entre las universidades latinoamericanas
para promover la investigación. “Tenemos poca experiencia sobre lo que
sucede en nuestros países. Hay literatura europea y norteamericana, pero
poca de la región”, insiste profesor trasandino.
Erica Castro, investigadora y académica del Instituto de Políticas
Públicas en Salud (Ipsuss) de la U. San Sebastián, señala que en algunos
estudios realizados en Chile muestran que el 2% de jóvenes que tienen
cumplidos los quince años y que son sexualmente activos ya están
infectados.
Consecuencias
Infertilidad es el principal riesgo de contraer esta bacteria.
Dependiendo del sistema inmune de cada individuo y de la virulencia de
clamidia, puede ocasionar enfermedad pélvica inflamatoria o inflamación
de las trompas de Falopio dejando cicatrices que obstruyen el paso del
óvulo.
Si un recién nacido tiene contacto con la bacteria durante el
parto puede generar conjuntivitis o neumonia. “Cuando una pareja es
infértil se estudian los agentes microbianos que pueden estar asociados.
Se ha visto en las cohortes estudiadas que entre un 10% y 35% es a
causa de clamidia”, indica Castro.
En los varones estudiados se ha visto que la presencia de esta
bacteria se asocia a menor movilidad de espermatozoides y leucocitos en
el semen.
Existen varios genotipos de clamidia, algunos son más virulentos que
otros. Incluso, se ha visto que dentro de la región, también hay
diferentes cepas circulando.
“Hasta medidos de los 80 era desconocida. Es una bacteria
intracelular y se requiere hacer un cultivo para identificarla. Hoy la
técnica es más fácil, se puede detectar con una muestras genital o de
orina, pero en la mayoría de las mujeres es asintomática por lo que se
dificulta el diagnóstico y tratamiento”, comenta Rodríguez.
El tratamiento, dice Rodríguez debe ser en base para la persona
infectada y sus parejas sexuales. “Por el momento no hay vacuna y
tampoco estamos cerca de conseguir una”.
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