NUEVA YORK (Reuters Health) - Como un dato más que se suma a la evidencia de que un poco de vino beneficia al corazón, un nuevo estudio sugiere que las mujeres que consumen cantidades moderadas de esa bebida tendrían menos inflamación arterial.
Investigadores españoles hallaron que después de cuatro semanas de consumir dos copas diarias de vino, las mujeres tenían menos cantidad de ciertas sustancias inflamatorias en sangre.
Los resultados del estudio, publicado en American Journal of Clinical Nutrition, sugieren la existencia de un mecanismo de protección cardíaca que se activaría con el consumo de vino, en especial, el tinto.
Muchas investigaciones hallaron que los consumidores de vino suelen tener tasas más bajas de enfermedad cardíaca que los no bebedores. Y sugieren también que el aumento del colesterol HDL o "bueno" sería una causa, aunque no la explicación.
Conocer cómo el vino protege el corazón demostraría que la relación entre la bebida en base a uva y el infarto es directa, indicó el doctor Emilio Sacanella, autor principal del estudio.
Los estudios que señalan que los consumidores de vino tienen mejor salud cardíaca no demuestran que el vino sea la causa, explicó Sacanella, de la Universidad de Barcelona.
Los amantes del vino, por ejemplo, podrían tener una alimentación de mejor calidad, hacer más ejercicio o tener otros hábitos buenos para el corazón, dijo el investigador a Reuters Health.
En el informe, el equipo dirigido por Sacanella analizó los efectos potenciales del vino sobre la inflamación, que es parte de la respuesta orgánica a las lesiones.
La inflamación crónica leve como respuesta a situaciones de estrés, como fumar o tener colesterol alto u obesidad, favorece la formación de depósitos grasos (placas) en la pared interna de las arterias.
La inflamación facilitaría la ruptura de esas placas y la formación de un coágulo que podría provocar un ataque al corazón.
El equipo reunió a 35 mujeres sanas consumidoras de vino. Todas pasaron cuatro semanas con una alimentación saludable para el corazón y sin vino y otras cuatro semanas en las que incluyeron una copa de vino tinto en el almuerzo y en la cena. Repitieron esta rutina con vino blanco.
A las cuatro semanas, el HDL de las participantes había aumentado y había disminuido la cantidad de sustancias inflamatorias en sangre, como la proteína C reactiva. El vino tinto tenía más efecto que el blanco.
El gran beneficio del vino tinto estaría relacionado con su alta concentración de polifenoles, indicó el equipo. Los polifenoles son compuestos vegetales que actúan como antioxidantes y ayudan a reducir la inflamación.
Según Sacanella, estudios poblacionales demostraron que las personas que beben vino con moderación (uno o dos vasos por día) tendrían un tercio menos riesgo de morir por enfermedad cardíaca que los no bebedores.
"Por lo tanto, una persona que toma esta cantidad de alcohol debería mantener este hábito saludable", dijo el autor.
No obstante, agregó, los médicos no pueden recomendarles a los no bebedores que adopten este hábito de consumo, ya que muchas personas son vulnerables al alcoholismo y sus consecuencias para la salud.
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